Decía Voltaire que “el verdadero viaje de descubrimiento no es buscar nuevas tierras, sino mirarlas con nuevos ojos”, y creo que tenía razón.
ARLÉS. Francia.
Arlés es una de las ciudades provenzales más visitadas. Antigua ciudad romana, posee numerosos monumentos de esa época: el anfiteatro y varios templos. Además fue una importante ciudad medieval.
A finales del siglo XIX y principios del XX fue ciudad de veraneo y descanso de algunos de los pintores más importantes de la historia. Grandes del impresionismo y las vanguardias, como Van Gogh, Renoir, Matisse, o Picasso vivieron o pasaron por Arlés. Todo ello hace de Arlés una base ideal para nuestras incursiones turísticas en la Provenza.
La ciudad, se sitúa junto al cauce del Ródano en las puertas del delta más grande Francia. La zona se parece un poco a la desembocadura del Ebro, en España.
El anfiteatro de Arlés es junto al de Nimes el mejor conservado de Francia y, como aquél, se utiliza para espectáculos diversos, incluso las corridas de toros.
Fue construido en la ladera norte de la colina de la Hauture hacia el 90 a.C.
Este anfiteatro podía acoger a unos 20.000 espectadores. Está tallado en la roca sobre la parte alta de la ciudad, aprovechando el desnivel.
El Anfiteatro se apoya en una vasta plataforma de 136 metros de largo y 107 de ancho. Está formado por dos arcadas superpuestas y alcanza los 21 metros de altura. Ocupa el puesto numero 20 entre los anfiteatros más grandes del mundo romano. Los combates de gladiadores y fieras tuvieron lugar hasta el final del siglo V.
Durante la Edad Media, como muchos otros recintos romanos, servirá de fortaleza y en su interior se construirán más de 200 casas y dos capillas.
Habrá que esperar hasta 1825 para que su interior recupere el aspecto original.
Prosper Mérimée, gran activista y amante del pasado clásico será el impulsor de su recuperación, siendo catalogado como monumento histórico allá por 1840.
SOBRE ARLÉS. Francia.