ÓBIDOS. Portugal.
Óbidos se sitúa a unos 80 kilómetros al norte de Lisboa.
El término Óbidos deriva del latín oppidum que se traduce como ciudad fortificada. Antes de de la época romana, en Óbidos ya existió un castro celtíbero. Incluso se dice que también pudieron asentarse un grupo de fenicios procedente de Oriente Próximo.
Tras la época romana y el Alto Medievo llega el esplendor de Óbidos a partir del siglo XIII cuando el rey Dionisio I, hijo de Alfonso III de Portugal y Beatriz de Castilla, se casa con Isabel de Aragón en 1282 y decide hacerle un inesperado regalo de bodas: Óbidos.
A partir de ese momento pasó a pertenecer a la Casa das Rainhas, el patrimonio que los monarcas entregaban a sus esposas. Es así como Óbidos comienza su época de gloria: cada reina quiere dejar su sello en el pueblo que pasa a denominarse de forma coloquial como la Vila das Rainhas. En el siglo XIX la localidad deja de pertenecer al patrimonio monárquico.
EL CASTILLO Y LAS MURALLAS DE ÓBIDOS. Portugal.
El conjunto defensivo de Obidos fue clasificado como Monumento Nacional en 1910. Se divide en tres, la muralla, la cerca y el castillo.
Óbidos fue muy importante en la Edad Media y el perímetro amurallado inicial ha variado bastante a lo largo de los siglos.
Una de las reformas importantes fue la de D Sancho I, la mejor documentada es la que en 1325 mandó hacer Don Dinis, en la que levantó la torre del homenaje e hizo más robustas las murallas, también Fernando I contribuyó a varias reformas años después.
En 1930 se hizo una gran obra en el conjunto ya que tras sucesivas guerras y el paso de los siglos había zonas derruidas que se restauraron, se arreglaron las almenas y se reedificaron las torres. Sobre el antiguo Palacio (pazo del Alcaide) se construyó la Pousada.
El primer espacio fortificado de Óbidos fue la cerca a la que se accedía desde el exterior por la Puerta de la Cerca. En su interior se encontraba el castillo y algunos edificios importantes como la Iglesia de Santiago.
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