Decía Voltaire que “el verdadero viaje de descubrimiento no es buscar nuevas tierras, sino mirarlas con nuevos ojos”, y creo que tenía razón.
SAN GIMIGNANO. Italia.
Es muy reconocido por sus numerosas torres, cuya mayor
importancia la tuvo en los siglos XII y XIII, que fue Comuna libre, a menudo en
lucha con Volterra.
En 1354 estuvo bajo el dominio de Florencia, y fue, en la Edad
Media y en el Renacimiento, un punto clave de los peregrinos hacia Roma.
El centro histórico de San Gimignano es Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco desde el 1990.
En el corazón del casco histórico de San Gimignano se encuentra la Plaza de la Cisterna (Piazza della Cisterna), construida en el siglo XIII.
El Arco dei Becci es la entrada a la Plaza, situada en la esquina suroeste, y fue una de las antiguas puertas de las murallas defensivas de la ciudad.
A ambos lados de la Plaza se hallan dos grandes torres, la Torre dei Beci y la Torre di Cugnanesi.
En el centro de la Plaza se encuentra un pozo, adornado con el escudo de armas de Guccio dei Malavolti, que fue corregidor en época medieval.
En la Plaza destaca el Palacio Razzi, y, justo al lado, la Casa Salvestrini, antiguo hospital convertido hoy en hotel.
Al norte de la plaza se halla la Torre del Diablo.