HISTORIA DE ÉCIJA-SEVILLA. España.
INTRODUCCIÓN AL BLOG
Este Blogs quiere darte a conocer lugares y rincones de Europa, y fundamentalmente de España.
Entra en cada entrada y descubrirás la magia y el encanto de muchos rincones que te cautivarán. Sumérgete en cada rincón de una ciudad, sus Iglesias y Catedrales, sus monasterios, sus parques y sus fuentes…. Todo ello te ayudará a valorar la belleza y la grandeza del pasado y podrás admirar a nuestros mayores que nos legaron lo mejor de ellos mismos y su Patrimonio cultural y arquitectónico.
Conocer una ciudad o un país es descubrir su gente, sus costumbres, sus monumentos y su manera de relacionarse… por eso, como señalaba San Agustín, “el mundo es un libro y aquellos que no viajan sólo leen una página”. Nuestros mayores y antepasados nos dejaron sus monumentos y nosotros tenemos la tarea de conservarlos, valorarlos y admirarlos.
ESPERO QUE ESTE BLOG NO TE DEFRAUDE.
HISTORIA DE ÉCIJA-SEVILLA. España.
Écija pertenece a la provincia de Sevilla.
Geográficamente se encuentra situada al este de la provincia y asentada en el Valle del Genil. Limita al noroeste con Córdoba, al Sur con la Sierra de Sevilla y al Oeste con la Campiña de Carmona.
Popularmente conocida como Ciudad del Sol, la Ciudad de las Torres y la Sartén de Andalucía (por sus elevadas temperaturas, especialmente en verano), está considerada como uno de los centros artísticos más importantes de Andalucía.
Los títulos de Écija
En 1402 Enrique III restituyó a Écija el título de “ciudad”. Los favores reales siguieron: Carlos I añade el título de “Muy leal” al de “Muy noble” que ya ostentaba Écija.
Felipe V le otorga el nombramiento de “Constante, leal y fidelísima” en 1710.
Mimada por la realeza, en 1880 Alfonso XII otorga al Ayuntamiento el tratamiento de “Excelentísimo”.
Todavía en el siglo XX, Écija recibe en 1966 un nuevo título, tan merecido o más que los anteriores: el de “Conjunto histórico-artístico”.
HISTORIA DE ÉCIJA (Sevilla). España
Los orígenes: Pre y Protohistoria:
La historia de Écija es tan amplia como su riqueza artística. La fundación de la ciudad se sitúa hacia el siglo VIII antes de Cristo, en el ámbito de la civilización tartésica.
Hasta la conquista romana, hacia el 200 a.C., se trató probablemente de un pequeño poblado turdetano de cabañas, emplazado en la ligera elevación junto al río Genil conocida hoy como Cerro del Alcázar o de San Gil (“El Picadero”)
El esplendor en época romana
La ciudad conoció su mayor etapa de esplendor durante la dominación romana, participó a favor de César en las Guerras Civiles contra Pompeyo y, hacia el año 14 antes de Cristo se fundó ya en el llano la denominada “Colonia Augusta Firma Astigi”, una gran ciudad de nueva planta, con calles pavimentadas trazadas en retícula regular, cloacas y red de distribución de aguas, foro, templos, termas y anfiteatro, junto a un puente por el que la Vía Augusta cruzaba el Genil.
Desde entonces fue la capital de un extensísimo convento jurídico, uno de los cuatro en los que se dividía la Bética, que comprendía no menos de 49 ciudades y abarcaba gran parte de las actuales provincias de Córdoba, Granada y Jaén.
Su principal riqueza derivaba del cultivo olivarero y de la exportación del aceite a larga distancia, empleando la vía fluvial por el Genil y el Guadalquivir y, luego, la marítima desde Sevilla.
La ciudad siguió siendo un importante foco cultural y religioso a la caída del Imperio, en época visigoda, cuando llegó a ser sede de un obispado, y en época islámica, en la que Istiŷa (o Astiŷa) fue capital de provincia durante el emirato y el califato.
Los cronistas árabes destacan la fertilidad y riqueza de su territorio, en el que se asentó un importante poblamiento beréber.
Los musulmanes introdujeron los cultivos de regadío y, entre ellos, el algodón cuyo desarrollo característico en Écija, llevó a acuñar el sobrenombre de Madînat al-qutn (“La ciudad del algodón”).
La Baja Edad Media y la Edad Moderna: Écija en la Corona de Castilla
En mayo de 1240 Écija fue conquistada por Fernando III y repartida entre nuevos pobladores castellanos, entre ellos muchos nobles, las órdenes militares y la Iglesia.
El desarrollo de la gran propiedad terrateniente que ha marcado toda la historia posterior, bajo medieval y moderna arranca, en buena medida, de este reparto feudal y de su desarrollo en la Época Moderna.
Écija barroca: el “Siglo de oro ecijano”
Todo el siglo XVIII, considerado “El siglo de oro ecijano”, vive un esplendor de construcciones civiles y de iglesias vinculado a la concentración de la propiedad y del poder eclesiástico y aristocrático –no en vano en esta época radicaron en la ciudad unos 40 títulos nobiliarios, 13 de ellos Grandes de España–.
El casco histórico de Écija conserva uno de los mejores legados de arquitectura y arte barroco de Andalucía y, probablemente, de toda la Península Ibérica: palacios, iglesias (con las torres que han hecho famosa a la ciudad), conventos, edificios públicos y casas-palacio que, junto a sus ricos bienes muebles y a los amplios archivos documentales, constituyen un patrimonio histórico excepcional.
Los títulos de Écija
En 1402 Enrique III restituyó a Écija el título de “ciudad”. Los favores reales siguieron: Carlos I añade el título de “Muy leal” al de “Muy noble” que ya ostentaba Écija.
Felipe V le otorga el nombramiento de “Constante, leal y fidelísima” en 1710.
Mimada por la realeza, en 1880 Alfonso XII otorga al Ayuntamiento el tratamiento de “Excelentísimo”.
Todavía en el siglo XX, Écija recibe en 1966 un nuevo título, tan merecido o más que los anteriores: el de “Conjunto histórico-artístico”.
UNA LISTA COMPLETA DE ÉCIJA
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